Entrevistamos a la licenciada en psicología María Belén Ascurras para saber cómo afectaron el coronavirus y las restricciones a nuestra salud mental y qué podemos hacer para mejorar nuestra calidad de vida durante y post pandemia. Somatización, nosofobia, hipocondría y la importancia de acudir a especialistas son algunos temas de los que abordaremos hoy en #ConsultorioWiri.
Licenciada María Belén Ascurras (MN 55994)

La salud mental es un tema fundamental en relación a la calidad de vida de las personas que, además, atraviesa todas las especialidades médicas. Es cada vez más frecuente, y más aún en tiempos de COVID-19, la recomendación por parte de los doctores y las doctoras de una consulta a un/una profesional en psicología.

Sucede que el ritmo de vida, las problemáticas laborales, las situaciones familiares y ahora también la pandemia, influyen en la salud. Por todo esto, es muy importante entender al cuerpo y a la mente como un conjunto que funciona mejor cuando ambas partes se encuentran en equilibrio y armonía.

La licenciada María Belén Ascurras es psicóloga graduada en Universidad de Buenos Aires y docente de la cátedra de psicofarmacología desde hace más de una década. Además, Belén es perito del Poder Judicial de la Nación y se desempeña en el ámbito forense en todos los fueros. En el ámbito privado, esta experta en psicodiagnósticos atiende pacientes de forma particular y recibe de manera periódica consultas a través de la plataforma de Wiri Salud. Para aprender y conocer mucho más sobre psicología compartimos esta conversación con la licenciada María Belén Ascurras para Comunidad Wiri.

¿Cuál es la edad promedio de la población que se acerca a tu consultorio?

En general son jóvenes entre 20 y 35 años que hoy se acercan, en muchos casos, a partir de las problemáticas de la pandemia. También tengo nuevos pacientes adultos mayores de más de 60, incluso de más de 80. Algunos llegan a una consulta en psicología por primera vez en su vida.

¿Cómo es ese momento en el que un adulto mayor, por una situación excepcional como lo es una pandemia, se encuentra con una licenciada en psicología? ¿Cómo comienza ese vínculo?

Hay toda una cuestión que se forma alrededor de las personas adultas mayores que transitan una etapa de la vida que, en realidad, es una instancia más. Se trata de un tiempo en el cual se dan muchos cambios, algunos físicos y otros de forma de ver las cosas. También es el período en el cual surgen con más intensidad los recuerdos del ayer. Hoy, a las restricciones que ellos tienen con sus propios cuerpos, se le suman las externas a causa de la pandemia. En este contexto, yo trato de ser con ellos y ellas lo menos formal posible. Por supuesto que respeto el vínculo profesional – paciente, pero les hablo como si fuesen alguien de mi familia.

Hace poco llegó una mujer de unos 80 años que veía a una terapeuta por primera vez. Cuando la vi le dije de modo muy coloquial “¿Qué te trae por aquí, Mari?”. En este caso, sucedió que había asistido a consulta con una cardióloga, también a través de Wiri, y luego de evaluar medicaciones y exámenes de rutina surgió la necesidad de iniciar terapia. Hice un trabajo interdisciplinario con su médica, le envié una notita para le vuelvan a evaluar la medicina y hoy la mujer está mucho mejor: Pinta, estudia idiomas y asiste de forma regular a sesión. Creo que es muy importante con los adultos mayores contribuir para que se sientan útiles.

Yo presto mucha atención a la presencia de la queja, que es un sentimiento vacío. Cuando la persona se queda ahí, no se puede avanzar”.

Licenciada María Belén Ascurras (MN 55994)
¿Y cuál es la foto de época que ves de la población joven en el contexto de la pandemia?

Es un grupo etario que por ahí es más diverso y en el que hay de todo. Hay pacientes que consultan porque están más afectados por lo vincular y extrañan a sus personas queridas. En ellos, hay un sentimiento de inadecuación por no poder relacionarse con el otro. También predomina muchísimo el estado de ánimo disfórico, que es una mezcla entre ansiedad e irritabilidad. De hecho, la irritabilidad aparece con mucha frecuencia. Yo presto mucha atención a la presencia de la queja, que es un sentimiento vacío con el que no se puede trabajar demasiado. Cuando la persona se queda ahí, no se puede avanzar.

¿Y en esos casos cómo se trabaja?

Podemos permitir un poco de desahogo y catarsis, pero, a su vez, hay que hacer una intervención para apelar a que ese sujeto busque una postura distinta. Los recursos de afrontamiento pueden ser hacia la emoción que genera el conflicto, hacia el problema en sí mismo o hacia la evitación. En el caso de la pandemia, no podemos hacer mucho contra el problema ni tampoco se lo puede evitar, porque es una cuestión mundial, entonces solo queda la emoción. Se trata de ayudar a ese paciente a gestionar sus emociones de manera más adaptativa. Otras veces pueden aparecer cuestiones relacionadas a la somatización, la hipocondría y la nosofobia.

Hablemos de estos tres conceptos…

Son tres términos que se parecen mucho entre sí pero que son diferentes. La nosofobia es el miedo a padecer cierta enfermedad y se basa en una patología puntual que, en este caso, sería el coronavirus. El paciente nosofóbico hoy presenta un temor desmedido a contagiarse y pueden ser por varios motivos: Consumo excesivo de información sin filtro, alguien de su círculo cercano que se contagió o pérdida de ser querido por la enfermedad. Es importante poder reconocer que ese paciente está cursando una fobia porque, cuanto más temprano se diagnostica y se interviene, más factible es lograr una mejoría.

Las fobias se pueden resolver y depende mucho de la adherencia del paciente al tratamiento. También influye como cada uno esté ubicado en lo que llamo el “sofá de la fobia”, una suerte de zona de confort que crea la persona. Desde la alianza terapéutica siempre se puede construir para que los pacientes vivan mejor. 

¿La nosofobia se vincula con lo que hoy se conoce como “Síndrome de la cabaña”?

Tengamos en cuenta que la fobia es el miedo hipertrófico a algo y eso, de por sí, genera limitaciones. Entonces si un paciente cristaliza en un cuadro más severo puede tender a un aislamiento mucho mayor con inhibiciones más profundas. Si bien el nombre “Síndrome de la cabaña” puede sonar polémico, en la realidad es el beneficio secundario de la enfermedad, la mencionada de zona de confort. La fobia se aprovecha de la situación o, mejor dicho, el paciente se aprovecha de las situaciones que se les presentan a partir de la fobia.

Si no se gestionan las emociones estas se dirigen hacia el cuerpo y pueden aparecer en un plexo muy grande de signos y síntomas”.

Licenciada María Belén Ascurras (MN 55994)
¿Podés describir también a la somatización y a la hipocondría?

La somatización consiste en un incremento de tensión psíquica tan grande que produce un anegamiento, como si se tratase de una inundación. Cuando la persona no pone palabras a sus emociones, las cuales no están en sintonía con el yo, la energía se transforma. Dicho en otras palabras, si no se gestionan las emociones estas se dirigen hacia el cuerpo y pueden aparecer en un plexo muy grande de signos y síntomas.

Un ejemplo puede ser una persona que sufre contracturas crónicas y que ya fue descartado el origen físico en consulta traumatológica y con radiografías. Allí no hay explicación ni orgánica ni fisiopatológica y podría bien ser un caso de somatización. Sucede lo mismo con muchos tipos de malestares que se determinan como manifestaciones somáticas una vez descartado lo clínico. En general, se estudia o se aborda como un mecanismo de defensa compensatorio fallido.

La persona trató de evitar la tensión y, durante un tiempo, le sirvió, pero al final no fue funcional. Ahí, cuando llega al cuerpo en forma de somatización, podemos inferir que estamos ante un paciente con recursos de afrontamiento frágiles. Entonces nuestra tarea ayudar a construir mecanismos desde lo simbólico, desde la palabra. Este tipo de procesos de negación, mecanismo de defensa desde los tiempos más primitivos, puede servir en la niñez, pero no en la adultez a excepción de algunos casos. Cierta cuota de negación, por ejemplo, en profesiones de riesgo o situaciones de salud extremas, pueden ser funcionales.

En el caso de la hipocondría el sujeto suele estar pendiente de forma constante de las señales que le muestra su cuerpo. Un escalofrío, un tirón, una puntada y cualquier otra señal puede ser leída como una catástrofe o una desgracia. Para ellos y ellas el miedo a enfermedades graves, o incluso a la muerte, se dispara a partir de información que encuentran en su propio organismo. Algunos casos conllevan una historia, con episodios que vienen del pasado, y otros no.

“Si un paciente es ansioso no sería raro que presente alguna de las tres entidades clínicas como nosofobia, somatización o hipocondría. De hecho, es esperable”.

Licenciada María Belén Ascurras (MN 55994)
Salud Mental en pandemia, hipocondría, nosofobia y somatización con la Licenciada Ascurras
¿Y qué pasa con los trastornos de ansiedad y los episodios de pánico? ¿Conviven con estos cuadros que relatas?

Los profesionales de la salud mental trabajamos con algo llamado DSM5 que es el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Según la versión más actualizada de este documento, están los espectros depresivos, ansiosos y los trastornos relacionados con traumas y factores del estrés. Si un paciente es ansioso no sería raro que presente alguna de las tres entidades clínicas como nosofobia, somatización o hipocondría, de hecho, es esperable. En el caso de un paciente que cursa trastorno de espectro depresivo puede ser más factible la somatización, pero hoy en día todo puede suceder en cualquier persona.

“¿Por qué no podemos adaptarnos a una nueva normalidad? La respuesta está en la resistencia. Todo cambio implica el pasaje de un equilibrio previo a la búsqueda de uno nuevo y eso requiere la inversión de energía psíquica. (…) Creo que hacia donde debemos apuntar es a la idea de salir fortalecidos y, tal vez, también mejores. Acá lo que vale es compararse, pero con uno mismo. Nos podemos poner en perspectiva con quienes éramos antes de la pandemia y ver cómo nos fortalecimos como seres humanos”.

Licenciada María Belén Ascurras (MN 55994)
Desde el punto de vista de tu especialidad ¿Qué ves en relación a la “nueva normalidad”?

Es muy importante la apertura al cambio. La vida es un constante discurrir y, por cierto, nuestro cuerpo cambia todo el tiempo. Si podemos cambiar en otras áreas de la vida como migrar a un nuevo trabajo, terminar una relación de pareja e iniciar una nueva, comenzar estudios y demás… ¿Por qué no podemos adaptarnos a una nueva normalidad? La respuesta está en la resistencia. Todo cambio implica el pasaje de un equilibrio previo a la búsqueda de uno nuevo y eso requiere la inversión de energía psíquica.

Volvamos por un momento a la nosofobia, la somatización y la hipocondría ¿Cómo evalúas el futuro cercano de estas entidades clínicas en el contexto de “nueva normalidad”?

Es una buena pregunta. La somatización y la hipocondría creo que estarán siempre. La nosofobia también, pero con la pandemia hubo una exacerbación y, por tanto, en la “nueva normalidad” puede amainar. Hay que tener en cuenta que la somatización y la hipocondría son un poco más difíciles de detectar. En el caso de la somatización puede ser que se profundice por la enorme cantidad de pérdidas que sufren las personas por estos días.

¿Qué opinas de la frase “de la pandemia salimos mejores” y como se articula con la realidad que ves en el día a día de tu consultorio?

Creo que hacia donde debemos apuntar es a la idea de salir fortalecidos y, tal vez, también mejores. Acá lo que vale es compararse, pero con uno mismo. Nos podemos poner en perspectiva con quienes éramos antes de la pandemia y ver cómo nos fortalecimos como seres humanos. Ahora tenemos una visión de la vida más amplia, valoramos mucho más todo lo que nos rodea, cambiamos la forma de vincularnos y apreciamos más los vínculos. Incluso, en casos, hay mejores formas de expresión que en el pasado. Antes se podía todo y hoy, con las restricciones, la comunicación cobró otra importancia. Ganamos en recursos de afrontamiento y en capacidad de contactarnos, esa es la parte sana y no todo es patología y angustia. 

“Me parece importante decir que hace bien expresar lo que uno siente, no solo en terapia, sino en el diálogo en general. Hay muchas personas que están solas, para ellos y ellas, todo lo que puedan hacer para sostener el contacto humano, incluso de manera virtual, es válido”.

Licenciada María Belén Ascurras (MN 55994)
¿Brindarías algún consejo para proteger la salud mental en lo que resta de este 2021?

Sin ánimo de generalizar creo que hay tantas maneras de transitar la pandemia como personas en el mundo. No es lo mismo un adulto mayor que un niño y pienso que las personas que siempre fueron muy sociables hoy no tienen excusas para no sostener esos hábitos. Estar comunicados es fundamental y se puede hacer gracias a la tecnología. Me parece importante decir que hace bien expresar lo que uno siente, no solo en terapia, sino en el diálogo en general.

Otro punto, para quienes tenemos adultos mayores cerca, es hacerlos sentir útiles y que sepan que contamos con ellos. En el caso de quienes se encuentran a mucha distancia de sus seres queridos, se puede buscar formas originales y distintas de sorprender como, por ejemplo, mandar una carta escrita por correo.

Por otro lado, es fundamental bajar el nivel de exigencia en general, sobre todo en los casos de padres y madres. En relación a las situaciones de crianza y a la escolarización, no hace falta ser papás geniales ni la mujer maravilla porque todo eso solo genera más angustia. Es mucho más importante la calidad que la cantidad de tiempo que le dedicamos a nuestros hijos. Nunca se puede todo, menos ahora. Por último, aquellas personas que tengan afinidad a una religión o apego a un sistema de creencias, esos sentimientos también son positivos y ayudan. Hay muchas personas que están solas, para ellos y ellas, todo lo que puedan hacer para sostener el contacto humano, incluso de manera virtual, es válido.

Producción: Equipo de Marketing Wiri Salud
Entrevista: Fernanda Santágata
Agradecemos a la licenciada María Belén Ascurras MN 55994 (@belen.psicologia)