Dra. Claudia Rey (MMN 65.663)

Dra. Claudia Rey (MMN 65.663)

Marzo es el mes de la mujer y Wiri Salud invita a todas, sin restricción de edades ni de condición social, a ocuparse de su salud. Para ello, inauguramos este ciclo de entrevistas en profundidad llamado #ConsultorioWiri. Desde esta plataforma conversamos con algunas de las referentes más destacadas de nuestra cartilla. En tiempos en que los cuidados cobran más importancia que nunca, la información es central para acceder a la atención adecuada. Es por eso que elegimos acercarnos de forma virtual con datos y novedades de la mano de las profesionales que son voces autorizadas en estos temas. Profundizaremos en situaciones que son muy comunes y otras de las que creemos que hace falta hablar más. Tres doctoras con diferentes miradas, pero con igual compromiso en el trato diario con sus pacientes. 

Claudia Rey es ginecóloga y obstetra y pertenece al equipo de especialistas de Wiri Salud. Esta médica egresada de la Universidad de Buenos Aires y Fellow del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, también es especialista universitaria en Patología de Tracto Genital Inferior (TGI) y Colposcopia. Desde hace varios años, Claudia se dedica de forma exclusiva a la ginecología y se especializa en climaterio y endocrinología. De hecho, la doctora Rey es Directora de la Escuela Argentina de Climaterio de la AAPEC (Asociación Argentina para el Estudio del Climaterio). Pero, además, atiende pacientes de diferentes rangos de edades. Por esta razón, es la experta indicada para conversar sobre las distintas etapas que atraviesan las mujeres a lo largo de sus vidas en relación a los cuidados de su salud. 

Sobre el cuidado de la salud integral de la mujer ¿Cómo viviste la experiencia del consultorio en tiempos de pandemia y cuáles fueron las consultas más recurrentes?

La verdad es que hubo mucha ansiedad por parte de las pacientes y un ejemplo de eso fue el tema de la anticoncepción. Se notó desde los pedidos de las recetas hasta las preguntas por situaciones imponderables con los métodos de barrera. Hicimos muchas consultas virtuales por videollamadas, WhatsApp, mails y demás hasta que nos fuimos acomodando. También muchas mujeres tuvieron alteraciones en su ciclo menstrual o directamente una interrupción con dudas sobre posibles embarazos. Otros temas fueron las pérdidas, muy frecuentes durante la cuarentena. El tema emocional y el estrés influyen mucho y eso se notó incluso durante las consultas virtuales. En los casos que se pudo resolver vía telemedicina se hizo y cuando fue necesario derivar a la guardia correspondiente también. 

Según tu percepción ¿Cómo fue el comportamiento general de las mujeres en cuanto al cumplimiento de los controles anuales y a las adherencias a tratamientos en curso?

Las recomendaciones de todas las sociedades consistieron en explicar a las pacientes de todas las edades que no abandonen tratamientos en curso. En la pandemia la indicación era la distancia, pero eso no implicaba dejar el tratamiento. En el caso de la anticoncepción, por ejemplo, los métodos de barrera no presentaban ningún tipo de obstáculo para su continuidad. Para la anticoncepción oral y otros métodos hoy existe la facilidad de llevar adelante trámites con emisión de recetas de manera on line. Otros temas surgieron con pacientes climatéricas, o con mujeres con ciclos menstruales alterados. Algunos de estos casos pueden derivar, entre otras cosas, en anemia. A ellas también las acompañamos con recetas de forma virtual y con órdenes para estudios y seguimiento. Siempre, y en todos los casos, se les recordó que, de ser necesario, se efectuaría una consulta presencial con todos los protocolos correspondientes. La ginecología tiene un componente presencial que no se puede eludir. Desde el PAP hasta el control de mamas es necesaria la presencia en consultorio. Pero, sin lugar a dudas, la conectividad fue un apoyo importantísimo. Desde allí, hicimos lo mejor para tratar de calmar las angustias. Por supuesto, hay un porcentaje de pacientes a quienes les cuesta un poco más adaptarse a esta realidad y no lo desconocemos. De hecho, no todo el mundo tiene los dispositivos y la conectividad. Hoy, un año después, muchas cosas ya están internalizadas y la atención presencial, con todos los recaudos pertinentes, está en marcha.

“La recomendación general a todas las pacientes de todas las edades fue no abandonar los tratamientos iniciados antes de la pandemia con sus médicos y médicas de cabecera en base a su diagnóstico” 

Dra. Claudia Rey, M.M.N. 65.663.

En relación a los controles mamarios hay muchos mitos. Alguna información, que en el pasado estaba muy bien, tal vez ya se encuentra desactualizada ¿Cuál debería ser el recorrido correcto de una mujer en su control mamario?

Si hablamos en términos generales, los protocolos de Argentina establecen que la primera mamografía se prescribe a los 35 años. Si el resultado es favorable entonces se continúa con el mismo estudio hasta los 40. Luego de esa edad se realiza otro método por screening, también de forma anual. Se indica cada 6 meses solo en los casos en los que aparece alguna anomalía como calcificaciones, nódulos, tumores, trastornos focalizados u otras alteraciones. Hoy los estudios están clasificados y protocolizados para poder extender los resultados de forma concreta y clara. Ahora, veamos algunos casos particulares que son muy interesantes: Los controles mamarios serán diferentes en el caso de cada mujer según su edad y su historia clínica. Pongamos el ejemplo de una adulta joven, entre 20 y 35 años, sin antecedentes de familiares directas (madre y/o abuela) con cáncer de mamas. A esta persona es muy probable que su especialista de cabecera aproveche el momento de la visita al consultorio para incluir este control. Allí se realiza una palpación y, por lo general, no se piden otros estudios, a menos que se detecte algún bulto. En ese caso, el estudio por excelencia es la ecografía mamaria porque la mamografía, en la mujer muy joven, tiene baja la fiabilidad diagnóstica. Además, si la mama de la mujer es muy fibrosa, durante este estudio es difícil la detección de nódulos y, por tanto, no surgiría el diagnóstico. Para quienes sí tienen madre o abuelas con antecedentes de cáncer de mama en su árbol genealógico, aunque sea una paciente muy jovencita, siempre se le indica un estudio por imágenes. 

¿Cuál sería tu consejo para una paciente de primera vez en relación a la anticoncepción?

Sobre este tema es muy difícil generalizar. La anticoncepción es un traje hecho a medida de cada paciente. Si es una adolescente la indicación ideal siempre es el uso de preservativo como método de barrera para evitar enfermedades de transmisión sexual. Sin embargo, el profiláctico no es la forma más segura de prevenir embarazos no deseados. Para eso lo mejor es la anticoncepción hormonal oral, las pastillas, que hoy son de bajas dosis. Algunas pacientes no tienen buenos resultados con los comprimidos por cuestiones propias de sus rutinas y de sus tiempos. Para ellas podemos orientar, por ejemplo, el anillo vaginal o también los métodos a largo plazo como el dispositivo intrauterino (DIU). Este último se coloca en consultorio y tiene una duración de 5 años. Es importante decir que ya está fuera de circulación el mito que las adolescentes no pueden usar DIU. Es cuestión de ver cada caso individual, pero, en líneas generales, pueden utilizarlo sin ningún problema. Otra herramienta con la que hoy contamos es el implante subdérmico, un dispositivo que se coloca en el brazo en consulta y que libera hormonas. También son métodos de larga duración, algunos tienen un período de 3 años y otros de 5. 

“Los tratamientos en anticoncepción son trajes hechos a la medida de cada paciente”.

Dra. Claudia Rey, M.M.N. 65.663.

Sobre climaterio ¿Qué mensaje te gustaría dejar para nuestras lectoras que están o que se encuentran próximas a esta etapa?

Me gustaría enfatizar que para la época del climaterio y la menopausia hay dos etapas: Una es el climaterio pre menopáusico que le sucede a la mujer de 40 a 45 años aproximadamente que está menstruando aún y por eso tiene ciclo alterados. Esa paciente requiere continuar con sus tratamientos de anticoncepción porque, si bien la fertilidad disminuye mucho, no es un porcentaje de cero absoluto. De hecho, hay muchos embarazos en personas de esa edad. El otro punto es el climaterio post menopáusico que, en casos de pacientes sanas y que no fuman, pueden tomar anticonceptivos orales de bajas dosis para controlar los síntomas. Hablamos de un período de alto desfasaje hormonal con todas las molestias que eso conlleva, por eso la medicación puede resultar de mucha ayuda. 

“El virus Covid-19 y la pandemia generan efectos negativos en la salud de la mujer. Por las características propias del aislamiento pueden surgir desfasajes hormonales, esto puede ser consultado con un o una especialista en ginecología”.

Dra. Claudia Rey, M.M.N. 65.663

Por último ¿Hay alguna información o evidencia científica sobre cómo puede influir la infección del virus COVID-19 en la fertilidad de la mujer?

Hasta donde yo sé no, pero siempre pueden surgir novedades desde la comunidad científica. Lo que sí genera el coronavirus son mecanismos indirectos por las propias características de la pandemia. Esto tiene que ver con el impacto negativo en la salud de la mujer que se produce en aislamiento y a causa de los cambios de hábitos abruptos. Desde ese punto de vista pueden aparecer desfasajes hormonales que, por supuesto, alteran el ciclo fértil.

Producción: Equipo de Marketing Wiri Salud
Entrevista: Fernanda Santágata
Agradecemos a la Doctora Claudia Rey, M.M.N. 65.663

Resolvé todas tus dudas sobre ginecología, climaterio y anticoncepción con la Dra. Claudia Rey