Invitamos a la Doctora Edith Marconi (MMN 79353) al #ConsultorioWiri para conocer más sobre la diabetes, una de las enfermedades crónicas más frecuentes mundialmente. Enfocada en elevar y sostener la calidad de vida, la doctora Edith ayuda a convivir con una patología que, en general y a su debido tiempo, se puede prevenir y hasta evitar.

Diabetes con Edith Marconi
Dra. Edith Marconi M.M.N. 79353

La diabetes es una de las enfermedades crónicas más frecuentes. Se calcula que 422 millones de adultos alrededor del mundo la padece y que 1 de cada 11 personas recibirán el diagnóstico en algún momento de sus vidas. Al momento esta patología no tiene cura definitiva, pero, a su favor, es tratable y prevenible si se detecta a tiempo. Por estas razones es fundamental la detección temprana y, bajo esta circunstancia, fomentar la visibilización y concientización para que todos y todas realicen sus chequeos anuales.

Para entender más sobre diabetes conversamos con la doctora Edith Marconi. Esta médica especialista en endocrinología y metabolismo tiene una extensa experiencia y reconocida trayectoria con pacientes diabéticos. Edith se graduó Universidad del Salvador y se especializó en diabetología en la Universidad de Buenos Aires. Marconi, quien hizo su formación como residente en el hospital Álvarez de Buenos Aires, orienta y aplica seguimiento sobre temas clínicos, pero también sobre hábitos y costumbres. Enfocada en elevar y sostener la calidad de vida, la doctora Edith ayuda a convivir con una patología que, en general y a su debido tiempo, se puede prevenir e incluso evitar.  

¿Cómo definirías la diabetes?

Es una enfermedad del metabolismo que se caracteriza por tener niveles elevados de glucemia persistentes a través del tiempo. Un valor alto de glucemia no solo conduce al diagnóstico, sino que tiene que estar sostenido a través del tiempo. Como convención tomamos un valor de 126 o más en ayunas en, por lo menos, dos ocasiones diferentes. Ese es el diagnostico formal, pero cuando una persona comienza a presentar valores que se acercan al límite es una llamada de atención, porque es muy probable que se desarrolle la enfermedad. Ahí ya indicamos cambios en estilo de vida, alimentación y actividad física.

Si bien los datos sobre coronavirus son bastante confusos porque es todo nuevo, lo que hay que decir es que el paciente diabético tiene riesgo aumentado de contraer todo tipo de infecciones.

Dra. Edith Marconi
¿Qué sucede con la situación emocional del paciente que confirma su diagnóstico de diabetes?

Lo emocional influye en cada órgano de nuestro cuerpo y las personas somos un todo, no estamos divididas por partes. La diabetes, sobre todo el tipo 2 que se desarrolla en adultos, y que es la más frecuente, depende de muchos factores. Por ejemplo, antes se le prestaba más atención al factor genético y hoy se comprobó que tiene una incidencia, pero solo del 30%. En la actualidad influyen mucho más los hábitos desarrollados a través de la vida. Y a esas costumbres, muchas veces, se las confunden con la genética. Lo que sucede es que heredamos de nuestros padres y del entorno no solo los genes sino también las formas nutricionales. Si tenemos una tendencia a consumir alimentos perjudiciales, y si además somos sedentarios, eso será una influencia mucho más negativa que la genética pura.

En cuanto al factor emocional, se corroboró que tiene incidencia, sobre todo en momentos de mucho estrés, como por ejemplo en tiempos de pandemia. Otros hechos disruptivos, como la pérdida de un ser querido, también influyen muchísimo. La explicación es que, en ese tipo de circunstancias, sube el nivel de hormona en sangre y el ejemplo claro es el cortisol. Entonces podemos decir que lo emocional y lo orgánico se unen de forma negativa y eso concluye en el resultado de diabetes.

¿Podemos profundizar en la cuestión del cortisol?

Sí, es una hormona que es segregada por las glándulas suprarrenales, también llamadas adrenales. Ambas están a los dos lados del abdomen por encima del riñón y de ahí su nombre. Desde allí se segregan hormonas y todas son importantes, pero de la que más vemos efecto inmediato es del cortisol. Esto sucede en situaciones de estrés, pero aclaremos que esto no siempre es malo. El estrés permite estar en alerta por circunstancias que se nos presentan durante del día. A lo largo de la evolución humana, el hombre y la mujer primitivos, recibían amenazas, por ejemplo, el posible ataque de animales salvajes. Hoy tenemos otros peligros, pero funcionan igual en relación al efecto que produce el cortisol. El problema existe cuando el estrés es permanente. Una cosa es un problema que una persona puede resolver, una situación que comienza y termina. Muy distinto es la alteración constante que conlleva cortisol más elevado de lo normal de forma sostenida en el tiempo. Así arribaremos a un cuadro de glucemia. Además, el cortisol interviene en la presión arterial, por tanto, también influye en la hipertensión

Retomemos la cuestión de los factores de riesgo ¿Cómo definirías vos a los y las pacientes en riesgo de diabetes?

Son personas que tienen una historia familiar de obesidades, hipertensión y temas relacionados con lo nutricional, sobre todo padres y madres diabéticos. También quienes tienen antecedentes como colesterol alto, ácido úrico alto y una importante tendencia hacia el sedentarismo. La alimentación basada en azúcares y harinas refinadas, las que conocemos como harinas blancas, es otro exceso que se suma a las variables anteriores. Todo esto produce una hormona llamada insulina que tiene una misión en el organismo y es bajar los niveles de glucemia. Sin embargo, lo puede hacer hasta un determinado punto. Cuando la sobrecarga de glucosa va en aumento, la insulina necesita otras vías para manejar esa glucosa tan alta. Ahí se genera, por ejemplo, el tejido del hígado graso, que es otra afección muy mencionada. Lo mismo sucede con la insulina resistencia. Otros órganos que se rodean de tejido graso son corazón, riñón y determinados músculos que hacen que la insulina no trabaje bien. Es entonces que, en un momento, resulta imposible manejar esos niveles de glucemia y ahí se desata la diabetes.

Hablaste de las harinas refinadas ¿Qué podés decir de las otras harinas que hoy son tendencia como las integrales, las de arroz y demás?

Ayudan y no son tan perjudiciales como las refinadas, pero siguen siendo hidratos de carbono que hay que consumir de forma moderada. Hay que preferir los hidratos complejos provenientes de frutas y verduras que aportan mucha más nutrición asociada a vitaminas, minerales y fibras. Estos componentes contribuyen a que el cuerpo no acumule toxinas que empeoran el estado metabólico general.

Hagamos un repaso entonces…

Los controles de rutina pueden determinar alertas sobre glucemia y, a partir de allí, comienza el proceso de prevención de diabetes para evitar muchos cuadros posteriores como hiperglucemia, hígado graso y demás ¿Es esto correcto?

Sí, pero es fundamental aclarar que, muchas veces, en la primera etapa de colesterol alto y obesidad tenemos niveles de glucemia borderline. Vayamos a un ejemplo: Si el nivel de laboratorio es 110, por ahí tenemos glucemia de 109 o 112 que están ahí y fluctúan, pero no llegan a 126. En ese momento los médicos tenemos que intervenir, tal vez no aún desde lo farmacológico, pero sí en cambios en el estilo de vida. En esa etapa ya puede existir un hígado graso incipiente de grado 1 y una proporción entre la glucemia y la insulina dosal que no es apropiada. Eso se llama insulino resistencia que indica una falla a nivel metabólico que, si no es tratada, conducirá a la aparición de diabetes. 

Entonces las alertas son clarísimas…

Si. A diferencia con otras enfermedades es poco lo que el paciente puede hacer y deberá ajustarse al tratamiento farmacológico. Sin embargo, la diabetes deja la posibilidad de ralentizar síntomas. Por eso, lo ideal es anular la aparición del diagnóstico mediante la prevención. En todo esto es central la colaboración de la persona. Más que nunca, en diabetes, el trabajo es en equipo entre pacientes, médicos y equipo de profesionales de la salud. Esto incluye la asistencia psicológica para convivir con la patología y para lograr controlarla.

¿Es posible que una persona sea obesa y tenga cero riesgos de diabetes?

La medicina no es matemática, pero sería una excepción que una persona obesa no tuviera riesgo de diabetes. En cada persona que tiene obesidad hay que evaluar a qué se debe. A veces hay una situación endocrinológica, como síndrome de cushing, que son tumores productores de cortisol que llevan a presencia exagerada de esta hormona y que derivan en sobrepeso. Ese cuadro, luego, conducirá glucemia alta y diabetes. Pero puede suceder también que, el curso de enfermedad, sea tan rápido que no dé tiempo al cuadro metabólico completo para instalarse. Estadísticamente, y en el curso clásico de la evolución de obesidad, sabemos que, la mayoría de las personas obesas, van a desarrollar diabetes o tendrán algún trastorno glucémico. Pueden presentar insulina resistencia, tolerancia alterada a hidratos de carbono u otras. Hay pacientes que, en el análisis de glucemia en ayunas los valores son normales, pero cuando consumen harinas refinadas o azucares se desenmascaran valores altos. Por eso es útil, ante la situación dudosa, la medición de hemoglogliba glicosilada. Se trata de una determinación de laboratorio en sangre y es una azúcar que mide el promedio de glucemia de los últimos dos meses.

¿El término pre diabetes no se usa más?

El término en sí está discutido, pero no el concepto de estado previo a la diabetes. En esa etapa, la persona no está metabólicamente normal y esto lo pueden pesquisar los médicos clínicos. Sucede cuando reciben al paciente y observan señales de glucosa elevada como marcas en la piel, erupciones, forúnculos y demás. Pero la expresión pre diabetes, hoy en día se evita por falta de consenso y para no crear confusiones.

El año pasado se mencionó a los pacientes diabéticos como personas en mayor riesgo ante posibilidad de contagio de COVID-19 ¿Cuál es la situación hoy?

Si bien los datos son bastantes confusos porque es todo nuevo, lo que hay que decir es que el paciente diabético de por sí ya tiene riesgo aumentado de contraer todo tipo de infecciones. Esto, por supuesto, incluye al COVID-19. Y sí, se han visto diabéticos que se contagian coronavirus y desarrollan formas más severas. Eso lo transmitimos los médicos a la población y es sobre lo cual hay que indicar mucha prevención. La Sociedad Argentina de Endocrinología tiene un protocolo COVID, pero no mucho más que eso. La verdad es que, cuando parecía que se comenzaban a saber más cosas, aparecieron las mutaciones del virus que cambian el cuadro de presentación, el curso clínico, el grupo etario y demás. El COVID-19 nos desorienta como comunidad médica y, en las oportunidades que conversé con infectólogos, ellos también refieren estar en revisión constante. Es importante que como profesionales de la salud podamos decir esto no se sabe antes de dar una información errónea.

¿Cuál es tu mensaje para los pacientes diabéticos en relación a su estilo de vida durante la pandemia?

Que se cuiden, no les diría que no pisen la calle, pero si tienen alternativas de hacer su actividad física o en espacios propios como patios y terrazas es preferible que no se expongan. Y, por supuesto, extremar los cuidados generales.

Producción: Equipo de Marketing Wiri Salud
Entrevista: Fernanda Santágata
Agradecemos a la Doctora Edith Marconi MN 79353
IG: @marconiedith